martes, 4 de septiembre de 2012

De vuelta de tó. De vuelta de ná.

Martes, 4 de septiembre.

¡¡Troko-troko-trokoooooo!!
¡¡Tiki-taka,  Tiki-taka, Tiki-taka!!
FIIIIIIIIIiiiiiIIIIIiiiiiiiuuuuuuuuuuuiiiiiiiiiiiiiUUuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu...

Los sonidos de la lavadora -igualitos que los del mar, ¿eh?- me indican que está centrifugando y que en breve tendré que tender la ropa. 

Lo primero que hago cuando llego a casa es perseguir a los pantalones por todo el piso. Son unos revoltosos desde que hace un par de semanas tomaron vida propia, junto con los calcetines, las camisetas y alguna que otra prenda más. ¡Vaya juega se tenían ayer en el coche!

¡¡Os atrapé!! ¡A la lavadora y punto!

Sí, he vuelto a casa. 

Han sido unas semanas estupendas y desde aquí quiero dar las gracias a TOD@S los que habéis leído las tonterías de mis aventuras y mis desventuras, a los que me habéis apoyado enviando "guachaps", a los que me habéis llamado por teléfono, a los que habéis dejado comentarios en el blog, a los que me habéis aconsejado "vete a ver esto o aquello... vete a comer aquí o allá..." o a los que, simplemente, habéis estado ahí apoyándome, quiero deciros que he estado solo, pero no me he sentido solo. "Sois un público maravilloso, de verdad, os lo digo de todo corazón. Sois fantásticos, unos magníficos ejemplares de vuestra especie", parafraseo al gran Woody Allen en Scoop

GRACIAS MIL. :-)

¿Y ahora qué? Pues habrá que pensar en el siguiente viaje, ¿no?

¿A donde?

Busco la bici esperando respuesta, pero no está...
Busco al GPS, pero tampoco...

La sirena de un camión de bomberos me saca de mis pensamientos. El ruido de los juguetes al caer al suelo del niño del piso de arriba, me sobresalta. El llanto de un bebé hace eco en la escalera, pero la lavadora se ha callado. La ropa mojada me reclama.

De vuelta de tó.
De vuelta de ná.

Peeeeero... no desesperéis. Viajando_sin_destino no acaba aquí. Seguiré publicando cosas-sin-sentido... (mmm... buen nombre para otro blog... jejeje) como hasta ahora. Porque... ¿qué debe ser la Vida sino un viaje sin destino? Dejarse llevar por la aventura puede deparar sorpresas que la cambien, que dijo el Gran Cajuna... ¿o era Cajina? Ay, no sé. ;-)

Disfrutar, disfrutar y disfrutar de cada momento de la Vida, improvisar en cada recoveco del día, cambiar el eje de la habitación... La gente se pregunta ¿por qué?; y yo me pregunto, ¿por qué no?

A más ver.

Colofón y vuelta.

Lunes, 3 de septiembre.

"Estoy volviendo a casaaaaaaaa.... 
... y todo sigue iguaaaal",

que dice la canción.

El viaje de vuelta no tiene porqué ser un rollo patatero de autopistas y velocidad terminal, de adelantamientos a lo loco y frenéticas curvas que a lo más, pareciera que estamos todos echando una carrera como si Fernando Alonso nos estuviera observando con la intención de ficharnos para su escudería.

No.

La vuelta desde Cordido (concejo de Foz, Galicia) la hago por la carretera de la costa hasta la atura de la N-634, en donde me desvío para tomar esa maravillosa carreterina frondosa y verde como ninguna otra. ¡¡MIRA, MIRA!! ¡¡WILLIAM WALLACE, WILLIAM WALLACE!! ¡¡Williiiaaaaaaaaaaaaaam... un saludo para Viajeros Callejeros por Asturiesssss!! Ay no, leches... ¡¡Un saludo para Viajando Sin Destino!! Y va el tío y sin soltar la espada, me saluda. Momentazo.

Entre curva y curva, pino y pino, y helecho y helecho, recuerdo aún -salivando, por supuesto- la exquisita y suculenta cena de anoche en Lugar Do Sixto. A saber: tosta de cecina de León con queso de cabra y mermelada tomate, con orégano espolvoreado por encima, de primero; de segundo, zamburiñas con gambas al ajillo (la re-pa-no-cha); y de postre, piña natural con reducción de Pedro Ximénez y ralladura de lima. Una copita de Albariño, un chupito de crema de orujo y... ¡¡ay-va... vaya curva!! Vuelvo a la carretera, pero qué gran colofón el de anoche.

Así, hasta Oviedo. Aquí ya me parece excesivo seguir ruteando y pillo la autopista. Directo hasta.... ¿paro?, ¿me desvío, por aquí? ... ... ¿...? 

A más ver.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Galicia Calidade: V. Eucaliptos y mar.

Domingo, 2 de septiembre.

Estoy en la playa de San Cibrao -o San Ciprián-, en el Concejo de Cervo. Es un pueblo pequeño, al lado del mar... una noche después de un concierto... ¡ah no, que esto no va aquí! Pues eso, un pueblecito chiquitín que tiene la pinta de mantener el encanto de las poblaciones pesqueras más auténticas. Entrañable.
 
Tupida carretera.
He llegado aquí después de pasar por Sargadelos y darme una vuelta por la inmensidad de bosques de eucaliptos que hay por estas tierras y de pasar -de nuevo- por unas frondosas carreteras tan características de nuestro amado norte. Increíbles. 
 
Como increíble es la altura que alguno de estos árboles pueden alcanzar.

Eucaliptos.
  
Y me he pasado la tarde tirado en la arena de una playa en calma, con un radiante pero tímido sol, como de invernadero, mecido por la brisa del mar, por el sonido de las olas, por el graznar de alguna gaviota mosqueada y por... ¡un montón de moscas y pulguillas de esas que hay en algunas playas con algas! ¡¡¡¡Joddd....@#~@@piiiiiiii!!!! Total, que de siesta nada, así es que me he dedicado a ver como una familia entera se lo pasaba pipa jugando al voley-playa. Han ganado los del equipo colorao.

Fantástico colofón para un viaje que, temo, llega a su fin. Mañana dejo el alojamiento en el que estoy y quizá... este... bueno yo... 

¿Mañana? ¡Ya veremos para donde tiramos!

A más ver.

Galicia Calidade: IV. Ruediñas e outros.

Sábado, 1 de septiembre.

En la cetárea de Rinlo.
Cuando vine el otro día desde Asturias me detuve en la Playa de las Catedrales para echar un ojo y ver como estaba el percal. E hice un descubrimiento que me lo guardé en la chistera, por si acaso: A Ruta Da Costa.

Es un senderillo más o menos accesible para la bici de montaña que va desde la propia playa mencionada hasta Ribadeo. Son 16 kms., según pone el cartel informativo. Y digo más o menos accesible porque ya estamos con los senderos en los que a un lado hay un acantilado y al otro un campo de ortigas y zarzas. ¡Aouch! Pero igualmente, una pa-sa-da.

"Gran parte del trazado es por carretera", que me dijo la señora de la caseta de información de As Catedrais. Y no le faltaba razón, lo que pasa es que son carreteras hiper-secundarias por las que apenas pasa algún coche y que van atravesando los más pequeños puebliños que te puedas imaginar. Una delicia.

-Perdona, ¿esto es Ribadeo? -me pregunta una señora.
-Sí -la contesto. Y se queda observando el otro lado de la ría admirando tamaña belleza. -Esto es Ribadeo. Aquello de enfrente no -la aclaro viendo lo visto.
-Ah... ¿no? ¡Pensábamos que sí!
Castropol al fondo, desde Ribadeo.
-No... je, je. Esto es Galicia, aquello es Asturias. Esto -insisto señalando con la mano la orilla del río en la que estamos -es Ribadeo, aquello es Figueras y aquello otro, Castropol. Y la ría, que separa las 2 comunidades y que hace frontera.
-Ahhhhh... ¿¡Eres de aquí!? -me pregunta gratamente sorprendida.
-No, soy de Madrid -digo sonriendo.
-¡¡Anda, como mi marido!! Mira Juan, este chico es de Madrid, como tú. Yo no; yo soy de León. ¡Es tan bonito! Sólo nos falta el mar.
-Sí, es muy bonito. Lástima esos inviernos tan crudos que...
-¡¡Ah no!! -me interrumpe. -¡¡Mientras haya una buena lumbre y un cuerpo al que arrimarse vale!! -dice mirando al marido con ojillos de 'verás tú esta noche' mientras se daba ella solita un abrazo.
-Bueno...
-Pues muchas gracias, joven. Muy amable.
-De nada. Que tengan buen viaje.
-Igualmente.

En As Catedrais es feliz.
De regreso vuelvo a pasar por pueblos y acantilados. Le pregunto a un viejiño que está sentado en un poyo viendo la vida pasar si voy bien por aquí a Las Catedrales. Y me pregunta, ¿te gusta el partido? Y yo balbuceo, entendiendo que se refiere genéricamente al fútbol, Mmmmssssii... Y me pregunta, ¿Quién juega hoy? Y yo, ni idea. Y se echa a reir a carcajada limpia. Me ha vacilado de mala manera, je je. Sí, siga to reito e chegará a As Catedrais. To reito. Non tie perdida (o algo así me dice). Graciaaaaasssss, ji ji, le digo con risilla histérica que el simpático anciano me ha contagiado. Pedaleo y allí le dejo tronchándose de la risa. Qué majete el abuelo.

Llego de nuevo a la playa de los Xuncos -que es donde he aparcado el coche- y de allí voy a la de Las Catedrales. Luego, igual que el día anterior pero hoy en bici, me acerco a Arealonga.  

Miro. Todo sigue igual que ayer. Sin novedad en el frente.  :-)

Y me vuelvo.

Y llego al coche. 

Y me bebo todo el agua que tenía. Incluso la que hay en el radiador. Hoy ha pegado el sol de lo lindo, pero no me he dado cuenta porque hacía mucho aire. Estoy rojo-Ross (apunte para los amantes de Friends).

Ducha.
Cena.
Cama.

Mañana... (uf, qué dolor de cabeza)... 

Agua. Más agua. Mucha agua. Hidratación a tope.

A más... ¡choooofff! ... ver.